Los gigantes son algo con lo que tendremos que lidiar durante toda la vida. Cuando éramos niños nos perseguían en forma de ogros, dragones o cualquier otro engendro malote que quería comernos o hacernos daño. Pero la historia no acabó aquí. Ya algo más mayorcitos e independientes los gigantes no han dejado de aparecérsenos: la dificultad de iniciar una relación de pareja, el azote del desempleo, la falta de valor para empezar una carrera universitaria ya “de mayor”, el miedo a la enfermedad, la traición de un buen amigo…
